Aleluya, aleluya, aleluya.
No sólo de pan vive el hombre,
sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Aleluya, aleluya, aleluya.
EVANGELIO
Mc 8, 1-10.
La gente comió hasta quedar saciada.
✠ Lectura del santo Evangelio según san Marcos
POR aquellos días, como de nuevo se había reunido mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus dis- cípulos y les dijo:
«Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer, y si los despido a sus casas en ayunas, van a desfallecer por el camino. Además, algunos han venido desde lejos».
Le replicaron sus discípulos:
«¿Y de dónde se puede sacar pan, aquí, en despoblado, para saciar a tantos?».
Él les preguntó:
«¿Cuántos panes tenéis?».
Ellos contestaron: «Siete».
Mandó que la gente se sentara en el suelo y tomando los siete panes, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente.
Tenían también unos cuantos peces; y Jesús pronunció sobre ellos la bendición, y mandó que los sirvieran también.
La gente comió hasta quedar saciada y de los trozos que so- braron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil y los despidió; y enseguida montó en la barca con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta.
Palabra del Señor.
