En el mundo científico, estas afirmaciones fueron “confirmadas” por el zoólogo Alfred Kinsey, charlatán y pėdºfilø confeso, quien en 1948 publicó la ya citada obra Comportamiento sęxüal en el hombre. Kinsey sostuvo que la mayoría de los hombres y mujeres no son monógamos, sino mas bien seres sexüªles que responden sexualmente desde el nacimiento.
Esto no era más que un intento de justificación de su conducta perversa al abusar y ser testigo de cientos de ªbüsōs de niños, cuyas características anotaba minuciosamente. En el libro mencionado, por ejemplo, describe, entre otras perversidades, cómo supuestamente indujo a bebés de 5 y 11 meses a tener õrgªsmºs y 196 casos de actos sexüªles con varones menores de 13 años, los cuales, afirma, “gritaban”, “lloraban histéricamente”, “golpeaban a su compañero” (el hombre que los abüsªbâ), pero todos “disfrutaban de la experiencia”. Además, Kinsey sostuvo que el 10% de los hombres son hömōsèxûæles y el 20% han practicado la homø sexüąlidad, que el bestialismo es un comportamiento bastante común (de hecho, él practicaba la zºõfilia) y que “el celibato, el matrimonio, la castidad y el ascetismo son “perversiones culturales”. Esto ayuda a entender por qué el movimiento detrás de la ideología de género comenzó a presionar por la educación sęxüal en las escuelas.
Kinsey, Martin, y Pomeroy. Sęxüal behavior in the human male, pp. 160-161
