Evangelio según san Mateo, 4: 23- 25 Y andaba Jesús rodeando toda la Galilea, enseñando en las Sinagogas de ellos, y predicando el Evangelio del reino. Y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y corrió su fama por toda la tierra, y le trajeron todos los que lo pasaban mal, poseídos de varios achaques y dolores, y los endemoniados, y los lunáticos, y los paralíticos, y los sanó. Y le fueron siguiendo muchas gentes de la Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea, y de la otra ribera del Jordán. (vv. 23- 25)
Las cuales se dividieron en cuatro partes. Unos lo seguían por su magisterio celestial, como los discípulos; otros por la curación de sus enfermedades; otros, movidos sólo por su fama y por la curiosidad, queriendo experimentar por sí mismos si era verdad lo que se decía; y otros por envidia, queriendo acusarlo y cogerlo en alguna contradicción. Siria, místicamente hablando, quiere decir levantada; Galilea, voluble o rueda, esto es diablo y mundo, que es soberbio y siempre rueda hacia el abismo, en el cual se dio a conocer la noticia sobre Cristo por medio de la predicación; los endemoniados son los idólatras; los lunáticos son los volubles; los paralíticos son los perezosos y los malhechores
Rábano
