Evangelio según san Mateo, 5: 13- 13 «Vosotros sois la sal de la tierra. Y si la sal se desvaneciere, ¿con qué se salará? No vale ya para nada, sino para ser echada fuera y pisada por los hombres». (v. 13)
Cuando un sabio está adornado de todas las virtudes mencionadas, entonces se le considera como una sal perfecta y todo el pueblo se condimenta de él viéndolo y oyéndolo.
Pseudo- Crisóstomo, opus imperfectum super Mattheus, hom 10
