
Como muchas prácticas culturales, las circuncisiones masculina y femenina han sido ejercidas por numerosos motivos y continuadas por la tradición, incluso cuando las razones originales habían quedado atrás. Uno de los motivos menos conocidos en el caso de la primera es el control de la sexualidad masculina. Desde la Antigüedad hasta nuestros días se ha aprobado este procedimiento para reducir el deseo sexual y canalizar las energías del varón al servicio del grupo o comunidad.
Antes de que nadie descarrile el tema con la ablación, recuerden que esta última es ilegal. La circuncisión masculina no. Lo importante aquí es que todas las personas deberían tener derecho a su integridad genital y poder decidir cuando sean adultos.
Ibn-al-Assal, teólogo copto/cristiano (1205-1265 d.C.) escribió:
Algunos médicos y distinguidos filósofos afirman que la circuncisión debilita la herramienta del placer, y que esto es unánimemente deseable [Ibn-al-Assal, vol. II, p.418-421]