“Que si no, me muero”.



¿Acaso no sería mejor morir que verte, Dios mío, todos los días tan cruel e impunemente ofendido, y hallarme todos los días más y más en peligro de ser arrastrado por los torrentes de iniquidad que van creciendo? Mil muertes me serían mas tolerables.

¡Envíame socorro desde el Cielo o llévate mi alma! Si no tuviera la esperanza de que oirás tarde o temprano a este pobre pecador, en interés de tu gloria, como has oído a tantos otros –“Gritó este pobre, el Señor lo escuchó”–, le pediría insistentemente con un profeta: “Llévate mi alma”. Pero la confianza que tengo en tu misericordia me hace decir con otro profeta: “No, no moriré, viviré y publicaré las obras del Señor”. Hasta que pueda decir con Simeón: “Ahora ya puedes dejar que tu servidor muera en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador”.

Sal 33,7.
1 Re 19,4.
Sal 117,17

Súplica ardiente para pedir misioneros (S. Luis M. G. de Montfort)

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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