Evangelio según san Mateo, 6: 1 3- 13 «Y no nos dejes caer en la tentación. Mas líbranos de mal. Amén». (v. 13)
Después de todas las cosas ya dichas, al final de la oración viene la cláusula que concluye todas nuestras preces, recopilada con una brevedad admirable. Nada queda ya que deba pedirse al Señor, cuando ya hemos pedido la protección de Dios contra todo lo malo, la cual una vez obtenida, ya podemos considerarnos seguros contra todas las cosas que el diablo y el mundo puedan hacer. cQué miedo puede darnos el mundo si en él tenemos a Dios por defensor?
San Cipriano, de oratione Domini
