Evangelio según san Mateo, 6: 17- 18 Mas tú, cuando ayunas, unge tu cabeza y lava tu cara para no parecer a los hombres que ayunas, sino solamente a tu Padre, que está en lo escondido: ytu
Padre, que ve en lo escondido, te galardonará». (vV. 1 7- 18)
Consideramos a la cabezancomo la razón, porque se encuentra en la parte superior del alma
y gobierna los demás miembros del cuerpo. Luego el ungir lancabeza es tanto como alegrarse. Alégrese interiormente porque ayuna, el que ayunando se separa de las aspiraciones del mundo
para quedar sometido a Dios.
San Agustín, de sermone Domini, 2, 1 2
