Evangelio según san Mateo, 6: 26- 27 «Mirad las aves del cielo que no siembran, ni siegan, ni amontonan en hornos; y vuestro padre celestial las alimenta. ¿Pues no sois vosotros más que ellas? ¿Y quién de vosotros discurriendo puede añadir un codo a su estatura?» (vv. 26-27)
Dios es quien todos los días hace que nuestro cuerpo crezca, sin conocerlo nosotros. Si, pues, la providencia de Dios obra todos los días en ti mismo, ¿cómo podrá decirse que cesará en las cosas
indispensables? Si, pues, vosotros pensando no podéis añadir una pequeña parte a vuestro cuerpo, ;cómo, pensando también, podréis salvarlo todo entero?
Pseudo- Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum hom. 1 6
