Nueva derecha

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Tendrá que dar forma a su «nosotros» en los varones cansados de la constante demonización de su sexo, pero también en las mujeres hastiadas de la recurrente y compulsiva victimización ideológica a cambio de privilegios legales; en los heterosexuales empujados por doquier a asumir culpas que no tienen, pero también en los homosexuales que se despiertan de la instrumentalización política que reduce su «orgullo» a lo que hacen en sus camas; en los blancos a los que en tantos lugares se les está diciendo que su raza está maldita, pero también en los negros que se han dado cuenta de que nada bueno ha surgido de los odios y automarginaciones que el stablishment pretende instalarles; en los nacionales que ven cómo la inmigración descontrolada —e incluso fomentada en ciertas zonas— perjudica sus oportunidades laborales, destruye su cultura y vuelve más inseguros sus barrios, pero también en los inmigrantes legales que no tienen por qué aceptar que otros lleguen sin ni siquiera revisar los requisitos que ellos sí cumplieron; en los empresarios de todos los tamaños que no aceptan que las polí- ticas socialistas destruyan las riquezas que generan para el recurrente beneficio de la casta política, pero también en obreros y trabajadores que no ven cómo las nuevas causas de las izquierdas, tales como el «lenguaje inclusivo», el «cambio de sexo» o la «dieta vegana», pueden tener relación alguna con los problemas reales de sus vidas; en los religiosos y hombres de fe agotados de ser atacados, ridiculizados, silenciados y reducidos a la escoria de la sociedad moderna, y en los no creyentes que consideran que la libertad de culto es cosa importante, y que valoran las raíces judeocristianas de nuestra cultura; en los que jamás tuvieron participación política de ninguna naturaleza porque pensaron que la política era cosa de otros, pero también en quienes han terminado de hastiarse de los centrismos bienpensantes que siempre gobiernan para la progresía, y en tantos otros que se animan a dejar atrás incluso sus pasados izquierdistas; en los adultos horrorizados por los niveles de adoctrinamiento escolar, que claman desesperadamente por el derecho a elegir la educación de sus propios hijos, pero también en los jóvenes que van cayendo en la cuenta de que nada impuesto por la ONU, acatado a pie juntillas por los Estados, financiado por fundaciones como la de Soros, difundido por canales como CNN y apoyado por corporaciones que van desde Hollywood a Facebook, desde Google a Apple, puede ser algo verdaderamente «rebelde» o «antisistema».

Gabriel García Moreno ↓

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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