Evangelio según san Mateo, 10: 9- 10 «No queráis poseer en vuestros cintos oro, ni plata, ni dinero: no llevéis en vuestros viajes alforja, ni dos túnicas, ni calzado, ni báculo, porque el operario merece que se le alimente». (vv. 9- 10)
Cuando el Señor dice a los Apóstoles: «No queráis poseer oro» les añade a continuación: «porque es digno el operario de su sustento». Por estas palabras se ve claramente la razón de por qué no quiere el Señor que sus discípulos posean ni lleven dinero; no porque no sea éste necesario para las necesidades de la vida, sino para darles a entender que El los envía de tal manera, que sus necesidades debían cubrirlas aquellos a quienes anunciaban el Evangelio, como si fueran soldados a quienes se paga su justo estipendio. No fue la voluntad del Señor, en este pasaje, el que los Apóstoles viviesen pendientes únicamente de lo que les ofrecían aquellos a quienes evangelizaban, porque esto estaría en oposición con lo que practicaba San Pablo, que vivía del trabajo de sus manos. Sino que quiso darles un poder, e indicarles que este poder era la razón del deber en que estaban aquellos a quienes evangelizaban, de cubrir sus necesidades. Cuando el Señor impone un precepto, es preciso, si no se ha de cometer una falta por desobediencia, cumplirlo; pero no es lícito no usar o abandonar un derecho propio que el Señor ha concedido. Mandando, pues, el Señor que el que predica el Evangelio viva del Evangelio, estas palabras dirigidas a los apóstoles, tenían por objeto indicarles, que llenos ellos de seguridad, no poseyesen ni llevasen las cosas necesarias a la vida, ni grandes, ni pequeñas, o como dice el Señor: «ni bastón», puesto que los fieles estaban en la obligación de darles, no lo superfluo, sino todo lo que necesitasen. La palabra bastón significa autoridad, según aquellas palabras de San Marcos: No toméis para el camino más que el bastón ( Mc 6 ), San Mateo no prohibió, al decir que se viajara descalzo, el uso del calzado, sino la preocupación de que no faltara el calzado. Esta misma interpretación debe darse a la prohibición de llevar para el camino más túnica que la puesta y la de poseer dos túnicas, que no necesitaban, puesto que tenían autoridad para recibir otra cuando la primera quedaba inservible. Las palabras de San Marcos, de que los Apóstoles se calzaran con sandalias, tienen un sentido místico: este calzado deja descubierto el pie por arriba y cubierto por abajo: de esta manera el Evangelio no se debe ocultar ni se debe apoyar en los intereses temporales. Y al prohibir que se lleven dos túnicas y más expresamente el cubrirse con ellas, nos aconseja que nuestra conducta debe ser sencilla y no debemos vivir con doblez. Es indudable que todo lo que el Señor dijo, lo dijo parte en sentido figurado, parte en sentido propio y que los evangelistas dan en sus escritos esos dos sentidos a las palabras del Señor. Quien tuviera la opinión de que el Señor no pudo hablar en un mismo pasaje ya en sentido figurado o ya en el propio, que mire las demás partes del Evangelio y verá cómo su opinión es atrevida e irreflexiva. Cuando el Señor dice que al dar la limosna o cualquiera otra cosa, debe hacerse con tanto sigilo que no se aperciba la mano izquierda de lo que hace la derecha ( Mt 6 ), es indudable que estas palabras deben tomarse en sentido figurado.
San Agustín, de consensu evangelistarum, 2,30
