Él nos une a su Pascua: Todos los miembros tienen que esforzarse en asemejarse a él «hasta que Cristo esté formado en ellos» (Ga 4, 19) «Por eso somos integrados en los misterios de su vida, nos unimos a sus sufrimientos como el cuerpo a su cabeza. Sufrimos con él para ser glorificados con él» (LG 7).
