La espiritualidad del hombre



En todo caso los animales pueden, en algunas ocasiones, establecer ciertas formas precarias y puramente asociativas de “lenguaje” en el plano sensible; pero no pueden de ningún modo constituir formas sistémicas y articuladas. Su naturaleza no se los permite, pues no puede elevarse hacia el pensamiento abstracto. Por tanto, el animal jamás podrá comprender de por sí “ni la escritura, ni el cálculo, ni la historia, ni la geografía, ni las ciencias, ni las artes” (3). Pero con el hombre no pasa lo mismo. Él sí puede pensar a nivel abstracto y, en consecuencia, establecer proyectos razonados. De allí que, por la inteligencia de su naturaleza, hasta el hombre más estúpido pueda dirigir al más diestro de los animales.

En consecuencia, debe haber en él un sustrato ontológico inmaterial que le permita realizar ello: Si el hombre evidencia la capacidad de pensamiento abstracto y la pura materialidad no puede explicarla es obvio que resulta necesario postular la existencia de un sustrato ontológico o cualidad que lo faculte para dicha operación.

Este sustrato ontológico inmaterial es el que todos conocemos con el nombre de espíritu: Ello resulta así desde que una de las potencias constitutivas que hemos definido para el espíritu es la de intelecto, de la cual se sigue de modo unívoco la capacidad de pensamiento abstracto.

Luego, el espíritu existe: Bien establecidas las premisas, esa es la conclusión.

Dante A. Urbina
¿CUÁL ES LA RELIGIÓN VERDADERA?: Demostración racional de en cuál Dios se ha revelado

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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