La oración y las obras



Evangelio según san Mateo, 6: 7- 8 «Y cuando oréis, no habléis mucho como los gentiles. Pues piensan que por mucho hablar serán oídos. No queráis, pues, asemejaros a ellos: porque vuestro Padre sabe lo que habéis menester antes que lo pidáis». (vv. 7- 8)

Pero debe muchas veces buscarse si es más conveniente orar con las acciones o con las palabras. Es así que la oración siempre es necesaria, aun cuando Dios ya conoce lo que necesitamos, porque el mismo fin de la oración tranquiliza y purifica nuestra alma, nos hace más capaces de recibir los divinos beneficios que muchas veces se nos conceden de una manera espiritual. No nos oye el Señor por las muchas oraciones, aun cuando siempre está preparado a dispensarnos sus luces, pero nosotros no siempre estamos preparados para recibirlas, cuando nos inclinamos a otras cosas. En la oración se verifica la conversión del alma hacia Dios y la purificación del ojo interior. Puesto que se excluyen de él las cosas temporales que se deseaban, a fin de que la fuerza de un corazón puro pueda soportar una luz pura y permanecer en ella con el mismo gozo que se disfruta en la eterna vida

San Agustín, de sermone Domini, 2,3

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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