Por desgracia el pensamiento occidental, con el desarrollo del racionalismo moderno, se ha ido alejando de esta enseñanza. El filósofo que ha formulado el principio <Cogito Ergo Sum>: <Pienso, luego existo, ha marcado también la moderna concepción del hombre con el carácter dualista que la distingue.
Es propio del racionalismo contraponer de modo radical en el hombre el espíritu al cuerpo y el cuerpo al espíritu. En cambio, el hombre es persona en la unidad de cuerpo y espíritu. El cuerpo nunca puede reducirse a pura materia: es un cuerpo ‘espiritualizado’, así como el
espíritu está tan profundamente unido al cuerpo que se puede definir como un espíritu <corporeizados
La fuente más rica Para el conocimiento del cuerpo es el Verbo hecho carne. Cristo revela el hombre al hombre. Esta afirmación del Concilio Vaticano II es, en cierto sentido, la respuesta, esperada desde hacía mucho tiempo, que la Iglesia ha dado al racionalismo moderno>. [..]
Juan Claudio Sanahuja. El dēsarr0ll∅ sūstęntable. La nueva ética internacional
