Evangelio según san Mateo, 6: 25- 25 «Por lo tanto os digo: No andéis afanados para vuestra alma qué comeréis, ni para vuestro cuerpo qué vestiréis. No es más el alma que la comida yel cuerpo más que el vestido?» (v. 25)
El Señor había enseñado antes que aquel que quiere amar a Dios y cuidar de no ofenderlo no debe hacerse la ilusión de que puede servir a dos señores a la vez, con el fin de que el corazón no se divida, aunque ya no busque las cosas superfluas y sí las necesarias. Así, con el objeto de que la intención no se incline a separarse de unas y de otras, añade diciendo: «Por lo tanto os digo: No andéis afanados para vuestra alma qué comeréis, etc.»
San Agustín, de sermone Domini, 2, 15
