el fēmīnįsmo, que habitualmente adopta expresiones de género, actitudes y disposiciones conductuales tenidas por masculinas y encuentra en ello una <nueva forma de ser mujer> celebra al mismo tiempo a los hombres que, a la inversa, adoptan expresiones de género femeninas.
De esta manera, para terminar con la <mascûlinidād t∅xicą> hay que forzar en los hombres rasgos tenidos por femeninos; pero, para emancipar a la mujer hay que estimular en ella rasgos considerados masculinos (<t0xic0s?>), tales como utilizar la vi0lencįa físìca en una manifestación, insultar a otras personas, despreocuparse por su aspecto físico
o rechazar los códigos del amor romántico. Aquí no hay nada nuevo, sino simplemente un intercambio una mímesis forzada con lo otro, que promete una <liberación> inefabl
Generación idiota: Una crítica al adolescentrismo. Laje, Agustin
