Oyéndolo Jesús

Evangelio según san Mateo, 8: 10- 13 Cuando estooyó Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: «En verdad os digo, no he hallado una fe tan grande en Israel. Os digo, pues, que vendrán muchos de Oriente y de Occidente, y se recostarán con Abraham, e Isaac y Jacob en el reinoSigue leyendo «Oyéndolo Jesús»

Evangelio

San Mateo 5:1-12Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y, tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.Sigue leyendo «Evangelio»

Ser conciente de la divinidad

Evangelio según san Mateo, 8: 5-9 Y habiendo entrado en Cafarnaúm, se llegó a El un Centurión rogándole y diciendo: «Señor, mi siervo está postrado en casa paralítico y es reciamente atormentado». Y le dijo Jesús: «Yo iré y lo sanaré». Y respondiendo el Centurión, dijo: «Señor, no soy digno de que entres en miSigue leyendo «Ser conciente de la divinidad»

Evangelio

San Mateo 22:15-21Entonces los fariseos se fueron y celebraron consejo sobre la forma de sorprenderle en alguna palabra. Y le envían sus discípulos, junto con los herodianos, a decirle: «Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con franqueza y que no te importa por nadie, porque no miras la condiciónSigue leyendo «Evangelio»

Jesus entra al corazón

Evangelio según san Mateo, 8: 5-9 Y habiendo entrado en Cafarnaúm, se llegó a El un Centurión rogándole y diciendo: «Señor, mi siervo está postrado en casa paralítico y es reciamente atormentado». Y le dijo Jesús: «Yo iré y lo sanaré». Y respondiendo el Centurión, dijo: «Señor, no soy digno de que entres en miSigue leyendo «Jesus entra al corazón»

Señor, no soy digno de que entres en mi casa

Evangelio según san Mateo, 8: 5-9 Y habiendo entrado en Cafarnaúm, se llegó a El un Centurión rogándole y diciendo: «Señor, mi siervo está postrado en casa paralítico y es reciamente atormentado». Y le dijo Jesús: «Yo iré y lo sanaré». Y respondiendo el Centurión, dijo: «Señor, no soy digno de que entres en miSigue leyendo «Señor, no soy digno de que entres en mi casa»