μετανοῖεν
Debemos renovar todos los días nuestro buen propósito, excitándonos al fervor, como si fuera el primer día de nuestra conversión, de esta forma:
Ayúdame Señor, a cumplir mis buenos propósitos, y a dedicarme a tu santo servicio. Concédeme la gracia de empezar en este día, una verdadera vida de perfección porque lo que he hecho hasta hoy, es poca cosa
Imitación de Cristo (Tomás de Kempis)
