Evangelio según san Mateo, 2: 17- 18 Entonces fue cumplido lo que se había dicho por Jeremías el Profeta, que dice: Voz fue oída en Ramá, lloro y mucho lamento. Raquel llorando sus hijos, y no quiso ser consolada, porque no son. (vv. 17- 18)
Para pintar el evangelista con colores más vivos la magnitud del dolor, dijo que aun después de muerta Raquel había llorado a sus hijos y no quiso ser consolada porque ya no son
Remigio
