Se dice que un ser es inmanente en cuanto está unido de un modo inseparable a la esencia de los demás seres pero sin identificarse con ellos. Ahora bien, esto le corresponde eminentemente a Dios. Y es que Dios, siendo el Ser Subsistente, se constituye como el que da el ser de todos los demás seres y, por tanto, se encuentra unido de modo inseparable a sus esencias aunque sin confundirse con estas ya que, hablando aristotélicamente, esta unidad no es de orden material sino que más bien se da en el plano formal, es decir, de fundamentación ontológica al nivel más profundo. Luego, Dios es inmanente
¿DIOS EXISTE?: El libro que todo creyente deberá (y todo ateo temerá) leer
Dante A. Urbina
