Evangelio según san Mateo, 5: 8- 8 «Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios». (v. 8)
El que dispensa la misericordia la pierde si no se compadece con un corazón limpio, porque si busca la jactancia pierde todo el fruto. Por ello sigue: «Bienaventurados los limpios de corazón»
San Ambrosio, in Lucam, 5,57
