Servir a la riqueza



Evangelio según san Mateo, 6: 24- 24 «Ninguno puede servir a dos señores, porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o al uno sufrirá y al otro despreciará. No podéis servir a Dios y a las riquezas». (v.24)

El que sirve, pues, a la mammona (esto es, a las riquezas) también sirve a aquel que, puesto a la cabeza de todas ellas por razón de su perversidad, es llamado por Dios príncipe de este mundo. O de otro modo, manifiesta quiénes son estos dos señores cuando dice. «No podéis servir a Dios y a las riquezas», o lo que es lo mismo, a Dios y al diablo, porque el hombre aborrecerá a éste y amará al otro
(esto es, a Dios), o sufrirá al uno y despreciará al otro. Sufre un duro dominio todo el que sirve a las riquezas. Cegado por su codicia, vive sometido al diablo, y no lo quiere. Como aquel que está unido a la sierva de otro por la concupiscencia, sufriendo una dura esclavitud, aun cuando no ame a aquél cuya sierva ama. Obsérvese que ha dicho: «Y despreciará al otro», y no: «Le aborrecerá», porque apenas hay conciencia que pueda aborrecer a Dios. Mas se le puede despreciar, esto es, no temerle a causa de la confianza que inspira su bondad

San Agustin, de sermone Domini, 2, 14

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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