La ideología de la transparencia de los medios embota a los padres- adolescentes. Automarginados cada vez más del proceso de socialización de sus hijos, confían secretamente en las bondades de la pantalla. Esta se convierte en la teta digital de sus hijos. Los salimenta> una gran cantidad de horas por día, en las que no cesa de transmitirles de diferentes maneras y en diferentes versiones -sus significaciones. Muchos padres racionalizan esta defección argumentando que la teta digital no simplemente les brinda a sus hijos diversión, sino también <educación>. Una inmensa mayoría de padres (72 %) del estudio anteriormente referido considera que los medios de comunicación ayudan al <aprendizaje> de sus hijos. Esta opinión es irreconciliable con los incontables hallazgos científicos de las últimas décadas sobre los daños en el aprendizaje que genera por ejemplo, la televisión. También se contradice con los hallazgos relacionados con otras pantallas como el smartphone. Sin embargo, los padres siguen confiando, por ejemplo, en que los cartoons les enseñen por sí mismos a sus hijos normas valores, roles, cuidados. Así, la teta digital reemplaza al viejo preceptor o ayo – que quiso encarnar Rousseau respecto de Emilio- al que determinadas clases confiaban a sus hijos para la más completa formación y seguimiento. Pero como la teta
digital se vuelve transversal entre las clases (salvo casos extremos) de las más variadas situaciones económicas, toma cuotas importantes de control. La teta digital, por cierto, más demandada cuanto más se baja en la pirámide de ingresos, <democratiza> así la socialización. No es poco común enterarse de que muchas veces los padres, cuando prestan atención a sus hijos, terminan desconociendo algunas actitudes que estos
manifiestan y que han sido enseñadas por los medios que consumen sin cesar todos los días.
Una niña de tres años le dice a su padre: <Pero. .. jqué tonto eres!>. Cuando le pregunta a su hija por qué se refiere a él de esa manera, recibe esta respuesta: <Peppa le dice así a Papá Pig Resultó ser que las caricaturas consumidas por la nena- -en este caso, Peppa Pig ridiculizaban la figura paterna y mostraban escenas en las que la protagonista trataba así a su padre. De esta manera, estaban ofreciéndole a la niña una serie de modelos de relación y de comportamiento.
También en torno a Los Muppets se generaron desconciertos. Muchos padres no entendían por qué de repente sus hijos pequeños querían usar vestidos. Resultó que Gonzo, personaje de los Muppet Babies de Disney Juniors, ahora era <g3n3ro fluido>., En un episodio titulado <Gonz0r3lla>, Gonzo quiere ponerse un vestido de princesa para el baile. Una rata, convertida en hada madrina, le concede ese deseo. Ataviado con un brilloso vestido azul y zapatos de cristal, <ni siquiera sabrán que eres tú>, le dice el hada. Pero al final del episodio, Gonzo decide <salir del clóset> y confesar que él era en verdad la princesa del baile, dando a conocer así la fluidez de su género. Estas categorías resultan a menudo tan extrañas para la mayoría de los padres que los medios de comunicación publican notas para adultos explicando el mensaje de esa caricatura para niños pequeños y aleccionando sobre qué significa <g3ner0 fluido>. Un medio enmarca así la <noticia>: <» Quiero ser yo»: Gonzo, de Los Muppets, se declara g3ner0 fluido y claro que lo aceptamos>.
*Por ejemplo, se hizo una investigación con casi mil participantes a los que se estudió durante veinte años para observar la relación entre su exposición a la televisión y su rendimiento escolar y académico Se encontró que, por cada hora diaria de televisión vista entre los 5 y los 15 años, la probabilidad de que obtuvieran un título universitario caia un 15 % (Robert Hancox et al. <Association of Television Viewing During Childhood with Poor Educational Achievement>, Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine, 159, 2005). En otra investigación, con una muestra de 4.500 alumnos de entre 9 y 15 años, se observó que la excelencia de las notas disminuía casi en la misma proporción en que aumentaba el consumo de la televisión. El 49 % de quienes no miraban televisión tenía notas de excelencia (<A>), y el porcentaje caía al 24 % cuando se tomaba en cuenta a quienes miraban televisión más de 4 horas diarias (Iman Sharif et al. <Association Between Television, Movie, and Video Game Exposure and School Performance>, Pediatrics,118, 2006).
Daniel Felisoni et al., <Cell Phone Usage and Academic Performance: An Experiment>, Computers & Education, 117,2018 En un estudio reciente, se instaló en los teléfonos de una muestra de alumnos brasileños una aplicación que medía objetivamente el tiempo de uso del aparato. Este dato, generado a lo largo de dos semanas, fue puesto a su vez en relación con el rendimiento académico medido a través de las notas de los exámenes. Entre los resultados más significativos, los investigadores encontraron que <cada 100 minutos usando el dispositivo en promedio por día, se redujo una posición del estudiante en el ranking de la escuela en 6,3 puntos, en un rango de 0 a casi 100>
<«Padre tonto»: los dibujitos se rien de la figura masculina>, La Nación, 10 septiembre
2016, h ttp s:// w ww.la nacion.co m.ar/lifestyle/padre-tonto-los-di-bujitos-se-rien-de-la-figura-masculinanid1936311/
Se acaba de incluir una pareja de l3sbyanas que tienen una hija: <Vivo con mi mamá y mi otra mamá. Una mamá es doctora y la otra cocina espaguetis>, le dice Penny Polar Bear a Peppa Pig en el episodio titulado Familias.
<«Peppa Pig» incluye por primera vez
una pareja h0m∅sexval>, El País, 8 septiembre 2022, htt ps://elp ais.co m/tele vi-
sion /2022-09-08/peppa-pig-introduce-
por-prim era-vez-una-pareja-ho m os e-
xu al.html
<«Quiero ser yo»: Gonzo, de Los Muppets, se declara g3ner∅ fluido y claro que lo aceptamos>, Act itud Fe m, htt ps ://
w ww.a ct itudfem .co m/guia/cine-y-televi-
sion/ser ies/gonzo-de-los-mu ppets-se-de-
cla ra-gen er o-n o-flu ido