La Iglesia es una debido a su origen: «El modelo y principio supremo de este misterio es la unidad de un solo Dios Padre e Hijo en el Espíritu Santo, en la Trinidad de personas» (UR 2). La Iglesia es una debido a su Fundador: «Pues el mismo Hijo encarnado por su cruz reconcilió a todos los hombres con Dios restituyendo la unidad de todos en un solo pueblo y en un solo cuerpo» (GS 78, 3). La Iglesia es una debido a su «alma»: «El Espíritu Santo que habita en los creyentes y llena y gobierna a toda la Iglesia, realiza esa admirable comunión de fieles y une a todos en Cristo tan íntimamente que es el Principio de la unidad de la Iglesia
