Evangelio según san Mateo, 3: 16- 16 Habiendo sido bautizado Jesús, en seguida salió del agua. Y los cielos se le abrieron, y vio que el Espíritu Santo descendía en forma de paloma y se posaba sobre El. (v. 16)
Se hace mención de cierta historia antigua: cuando nuestro linaje en el diluvio, apareció también la paloma para señalar el final de la tormenta y, llevando un ramo de olivo, anunció la buena nueva de paz sobre la tierra. Todo lo cual era figura de lo que después había de suceder. Pues ahora aparece la paloma para señalarnos al que venía a librarnos de todos nuestros males y trae, en vez del ramo de olivo, la filiación divina para todo el género humano
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 12,3
