Bastante claro aparece de lo que sumariamente hemos referido qué es y por dónde va la secta de los masones. Sus principales dogmas discrepan tanto y tan claramente de la razón, que nada puede ser más perverso. Querer acabar con la Religión y la Iglesia fundadas y conservadas perennemente por el mismo Dios, y resucitar después de dieciocho siglos las costumbres y doctrinas gentílicas es necedad insigne y audacísima impiedad. Ni es menos horrible ni más tolerable el rechazar los beneficios que con tanta bondad alcanzó Jesucristo, no sólo a cada hombre en particular, sino también en cuanto viven unidos en la familia o en la sociedad civil, beneficio señaladísimo aun según el juicio y testimonio de los mismos enemigos. En tan feroz e insensato propósito parece reconocerse el mismo implacable odio y sed de venganza en que arde Satanás contra Jesucristo. Así como el otro vehemente empeño de los masones es destruir los principales fundamentos de lo justo y lo honesto, y hacerse auxiliares de los que, a imitación del animal, quisieran fuera lícito cuanto agrada, no es otra cosa que impeler al género humano, ignominiosa y vergonzosamente, a la extrema ruina
ALBERTO CATÜRÉLLÍ LA IGLESIA CATÓLICA Y LA MASONERÍA Doctrina y Documentos
