Evangelio según san Mateo, 5: 4- 4 «Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra». (v. 4)
Cuando me contentase con la simplicidad y me alejase del mal, me quedara aún el moderar mis costumbres. ¿De qué me aprovecharía carecer de los bienes de la tierra si no fuese manso? Con todo acierto continúa: «Bienaventurados los mansos»
San Ambrosio, in Lucam, 5,54
