Evangelio según san Mateo, 5: 4- 4 «Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra». (v. 4)
Pelean los que no son mansos y se disputan las cosas temporales, pero siempre serán bienaventurados los humildes, porque ellos heredarán una tierra de donde nadie los podrá arrojar. Aquella tierra de la que se dice en el salmo: «Mi riqueza está en la tierra de los vivos» ( Sal 140,6 ). Esto significa cierta estabilidad de la eterna herencia, donde el alma descansa por el buen afecto como en su propio lugar. Así como el cuerpo descansa en la tierra y de allí saca su alimento, la misma es el descanso y la vida de los santos
San Agustín, de sermone Domini, 1, 2
