Evangelio según san Mateo, 5: 9- 9 «Bienaventurados los pacíficos, porque se llamarán hijos de Dios». (v. 9)
La perfección está en la paz, donde no hay aversión. Se llaman pacíficos los hijos de Dios, porque nada se encuentra en ellos que se oponga a Dios, pues también los hijos deben parecerse a sus padres.
San Agustín, de sermone Domini,. 1, 2
