Analizando el dadaísmo, Walter Benjamin decía que «la obra de arte, de atraer la mirada y seducir el oído, pasó a ser un proyectil».Este desplazamiento, de lo militar a lo cultural, no es casual. Lo cultural, en efecto, toma como referencia la lógica del combate y la batalla: la vanguardia está constituida por aquellos que encabezan las filas, que ponen primero el cuerpo, que abren el paso de lo que debe ser una victoria sobre «lo viejo».
Calinescu encuentra en el término en cuestión «un claro sentido de militancia, o del inconformismo, exploración precursora valiente, y en un sentido general, confianza en la victoria final del tiempo y la inmanencia sobre las tradiciones».
Matei Calinescu, Cinco caras de la modernidad. Modernismo, vanguardia, decadencia, kitsch, posmodernismo (Madrid: Tecnos, 1991), p.
Walter Benjamin, La obra de arte en la época de su reproducción mecánica (Madrid: Casimiro, 2019), p. 51.
