Como muchas prácticas culturales, las circuncisiones masculina y femenina han sido ejercidas por numerosos motivos y continuadas por la tradición, incluso cuando las razones originales habían quedado atrás. Uno de los motivos menos conocidos en el caso de la primera es el control de la sēxûålidad masculina. Desde la Antigüedad hasta nuestros días se ha aprobado este procedimiento para reducir el deseo sēxûąl y canalizar las energías del varón al servicio del grupo o comunidad.
Estos argumentos para la circuncisión masculina pueden parecernos lejanos en el tiempo, pero no lo son. A mediados del siglo XIX el mundo anglófono reintrodujo esta práctica, que había sido abandonada en la Edad Media por la mayoría de los cristianos. Su propósito era el mismo: controlar la sēxûålidad masculina, y fēmėnina A continuación citas de médicos que hasta hace relativamente poco consideraban la circuncisión como una práctica que servía para disminuir el placer del varón y aminorar así sus impulsos sęxûâles.
Otra ventaja de la circuncisión… es la reducida propensión a masturbarse. Un prepucio largo es irritante de por si, ya que necesita más manipulación de las partes durante el baño… esto lleva al niño a tocarse las partes y, por norma general, sensaciones placenteras son despertadas en esta membrana mucosa extremadamente sensitiva, resultando en manipulación y masturbación. La exposición de los glandes del pene tras la circuncisión… reduce la sensibilidad del órgano… Por tanto reside en el médico -el consejero familiar en temas médicos y de higiene- promover su aceptación. [Ernest G. Mark, Circumcision, American Practitioner and News, vol. 31 (1901): p. 231.]
