por aquellos santos y buenos sacerdotes y religiosas, buenos y santos misioneros
Es verdad, Dios soberano, que el demonio pondrá, como Tú lo has predicho, grandes asechanzas al calcañar de esta mujer misteriosa, es decir, a esta pequeña Compañía de hijos tuyos, que vendrán hacia el fin del mundo. Y que habrá grandes enemistades entre esta bienaventurada descendencia de María y la raza maldita de Satanás. Pero es una enemistad totalmente divina, la única de que Tú eres autor: “Pongo enemistad”
Súplica ardiente para pedir misioneros (S. Luis M. G. de Montfort)
