Evangelio según san Mateo, 6: 12- 12 «Y perdónanos nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores». (v. 1 )
Esto no se dice del dinero, sino de todas las ofensas que se nos hacen, y por esto también del dinero, pues nos ofende aquel deudor nuestro que pudiendo pagar el dinero que nos es en deber, no lo hace, y si no perdonamos esa ofensa, no podremos decir: «Perdónanos nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores»
San Agustin, de sermone Domini, 2, 8
