«La Iglesia siempre daba muerte al acusado, sin importar cómo se defendiera»
La pena de muerte nunca fue ejecutada ni por los inquisidores ni por los obispos, porque no correspondía a ellos hacerlo, sino al tribunal civil, era este quien aplicaba la pena que le correspondía por ley del estado. Además, la historia de grandes hombres y mujeres nos dice lo contrario: investigados por la Inquisición fueron, entre otros, san Ignacio de Loyola, san Juan de la Cruz, santa Teresa de Ávila y hasta san José de Cupertino y todos ellos fueron absueltos
Es imposible juzgar con los ojos de la actualidad las acciones pasadas. En el pasado, nadie condenaría a quien estuviese a favor de la monarquía o de la dictadura, o a quien estuviese en contra del «matrimonio» entre hom0sexvales, mientras que hoy, eso puede hasta constituir un delito… Es que es tan injusto tratar a los iguales de modo desigual como tratar a los desiguales de modo igual. En épocas de Cristiandad enseñar públicamente la herejía era minar las bases de la sociedad y por ello es que se necesitaba, para resguardar a los reos, un tribunal que permitiera la defensa y garantizara el debido proceso.
Que hayan existido equivocaciones o pecados, no se niega (santa Juana de Arco misma fue sometida a un proceso burlesco y luego rehabilitada y canonizada), pero esto no daña la legitimidad de la institución inquisitorial como tampoco canoniza a todos losmiembros particulares y, como tales, falibles de la Iglesia. La Inquisición, lo repetimos, fue el producto de una cosmovisión diversa a la de hoy y, a pesar de los castigos (muchos de ellos sobredimensionados por la propaganda anti- católica), fue uno de los tribunales más benignos que hayan existido en la historia del derecho (recordemos que si el imputado se arrepentía de sus faltas, la pena correspondiente no se aplicaba). Hoy por hoy la Iglesia es atacada y vapuleada por los supuestos «crímenes cometidos en el pasado»; no afirmamos que no haya habido equivocaciones (como las hay a diario en todos los tribunales del mundo), sino que una falsa narración de los hechos hizo de la palabra «inquisición» un insulto y un tabú del cual poco se conoce. Quien desee adentrarse con sinceridad en el estudio de dicho período histórico, solo le basta consultar las fuentes directas y ver cómo la realidad es bastante distinta de cómo nos la pintan. En fin, una vez más,
Que no te la cuenten…
Que no te la cuenten 1: La falsificación de la historia. Javier P. Olivera Ravasi
