Pero no todo quedaba en colegios. El 21 de septiembre de 1551, una real cédula erigia las Universidades de México y Perú y decia: » «…conviene que nuestros vasallos y súbditos naturales tengan en ellos Universidades y Estudios Generales donde sean instruidos en todas las ciencias y facultades y por el mucho amor y voluntad que tenemos en favorecer y honrar a los de nuestras Indias, y desterrar de ellas las tinieblas de la ignorancia, creamos, fundamos y construimos en la ciudad de Lima, de los reinos del Perú, y en la ciudad de México, de la Nueva España, Universidades y Estudios Generales, y tenemos por bien y concedemos a todos los graduados, que gocen en nuestras Indias, Islas y tierra firme del mar océano, de las libertades y franquicias que gozan en otros reinos los que se gradúan en la Universidad de Salamanca..»
En realidad, si en este año se podían fundar universidades, era porque había jóvenes que habían realizado los estudios previos al ingreso de la misma, es decir, que eran indios, mestizos y criollos que ya tenían su primaria y secundaria aprobada. Las casas de altos estudios conocieron en América un gran desarrollo, como lo demuestra la fundación de de ellas para una población que no pasaba los 15 millones de habitantes. Veamos algunas de ellas:
1. Universidad de Santo Domingo. Santo Domingo, 1538.
2. Universidad de San Pablo. México, 1551.
3. Universidad de San Marcos. Lima, 1553
4. Universidad de Santiago de la Paz. Santo Domingo, 1558.
5. Universidad de Santo Domingo. Santa Fe de Bogotá, 1580.
6. Universidad de San Fulgencio Quito, 1586.
7. Universidad de Santa Catalina. Mérida de Yucatán, 1622.
8. Universidad Javeriana. Bogotá, 1622.
9. Universidad de San Ignacio. Córdoba, 1622.
10. Universidad de San Gregorio. Quito, 1622.
11. Universidad de San Ignacio. Cuzco, 1623.
12. Universidad de San Javier. Charcas, 1624.
13. Universidad de San Miguel. Santiago de Chile, 1625
14. Universidad de San Borja. Guatemala, 1625.
15. Universidad de San Ildefonso. Puebla, 1625.
16. Universidad de Nuestra Señora del Rosario. Bogotá, 1651.
17. Universidad de San Carlos. Guatemala, 1676.
18. Universidad de San Cristóbal. Guamanga, 1681.
19. Universidad de Santo Domingo. Quito, 1688.
20. Universidad de San Pedro y San Pablo. México, 1687.
21. Universidad Jesuítica. Guadalajara, 1696.
22. Universidad de San Antón. Cuzco, 1696.
23. Universidad de Santa Rosa. Caracas, 1721.
24. Universidad de San Francisco. Celaya, México, 1726.
25. Universidad de San Jerónimo. Habana, 1728.
26. Universidad de la Concepción. Concepción, Chile, 1730.
27. Universidad de San Felipe. Santiago de Chile, 1738.
28. Universidad de San José. Popayán, Colombia, 1745.
29. Universidad de Gorjón. Santo Domingo, 1747.
30. Universidad de San Javier. Panamá, 1749.
31. Universidad de San Bartolomé. Mérida, 1806.
32. Universidad de San Carlos. Nicaragua, 1812.
33. Universidad de San Agustín. Arequipa, 1827.
simplemente un vistazo a lo que España trataba de transmitir.
Cuando hubo que consumar la maravilla de alguna nueva hazaña-al decir de Pemán- Dios pensó en España como forjadora de un Continente Católico. Ese continente que bien podría llamarse «Cristianoamérica», aun habla en español y reza a Jesucristo, según Rubén Darío. Fue España la gran madre que dio a luz con dolores de parto y que hasta se desangró por su hijo para comunicarle su ser, su espíritu y su querer. Fue ella la que hizo propias las palabras Cristo al decir que «nadie tiene más amor que quien da la vida por sus amigos», dando todo de sí. Fue ella la artífice de la unidad de dos mundos, sin descartar lo bueno del indio pero sin aflojarle un tranco a lo que había de inhumano. Fue ella la que se preguntó y demandó sobre la licitud o no de la conquista y hasta la detuvo mientras el litigio aclarase. Pero son ellos, sus enemigos, quienes maliciosamente silencian sus grandezas y rebajan sus proezas. Son ellos los que siguen narrando una historia fabulesca con el fin de oscurecer los orígenes cristianos del nuevo mundo. Está en quienes desean buscar esa libertad que nos da la verdad el saber formarse e instruirse para..
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VICENTE SIERRA, op. cit., 166. Como dato curioso, anotemos que desde su fundación hasta 1600, en la universidad de México se graduaron 595 alumnos
CAYETANO BRUNO, op. cit., 89-90
