Santísimo confesor del Señor, Padre y jefe de monjes, interceded por nuestra santidad, por nuestra salud del alma, cuerpo y mente.
Destierra de nuestra Vida, de nuestra casa, las asechanzas del maligno espíritu. Líbranos de funestas herejías, de malas lenguas y hechicerías.
Pídele a Señor, remedie nuestras necesidades espirituales, y corporales. Pídele también por el progreso de la Santa Iglesia Católica; y porque mi alma no muera en pecado mortal, para que así confiado en Tu poderosa intercesión, pueda algún día en el cielo, cantar las eternas alabanzas. Amén
Jesús María y José os amo, salvad vidas, naciones y almas
