Virgen

Evangelio según san Mateo, 1: 22- 23 Mas todo esto fue hecho para que se cumpliese lo que habló el Señor por el Profeta, que dice: He aquí la Virgen concebirá, y parirá hijo: y llamarán su nombre Emmanuel, que quiere decir «con nosotros Dios». (v. 22- 23)

A las palabras aducidas del profeta, preceden estas otras: «El mismo Señor os dará una señal». Esta señal debe ser cosa nueva y admirable. Ahora bien, si -como pretenden los judíos-, quien ha de parir es una muchacha, una jovencita, no una virgen, ¿qué señal puede llamarse tal suceso, cuando el nombre de jovencita o muchacha no indica más que la edad y no integridad? Cierto que la palabra virgen se expresa en hebreo por la de bethula, y que no está consignada en la profecía, sino que se pone la de almah 2, que las versiones -con excepción de los Setenta- han vertido por la de «jovencita». Pero la voz almah entre los hebreos tiene dos significaciones «jovencita» y «ocultada», luego la voz almah no sólo expresa una muchacha o virgen cualquiera, sino una virgen escondida y retirada, jamás expuesta a las miradas de los hombres, antes bien, guardada por sus padres con el mayor cuidado. Además, la lengua fenicia, derivada del hebreo, da con propiedad a la voz almah el significado de virgen, y nuestro idioma

San Jerónimo, in Isaiam, 7

Catena Aurea. Santo Tomás de Aquino

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Cristiano Católico Apostólico y Romano

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