Muerte de Herodes

Evangelio según san Mateo, 2: 19- 20 Y habiendo muerto Herodes, he aquí el ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto diciendo: «Levántate y toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque muertos son los que querían matar al niño». (vv. 19- 20)

La justicia divina apremió a Herodes hacia la muerte por el sacrilegio que había cometido contra el Salvador y por el crimen que había realizado contra los niños inocentes. Por lo que -como refiere Josefo- diversas enfermedades invadieron su cuerpo, de manera que, como le fuera dicho por los adivinos, sus suplicios no eran por una enfermedad corporal, sino por justicia divina. Lleno de gran furor él mismo mandó reunir y recluir en la cárcel a los más nobles y principales de toda Judea, mandando que apenas exhalase el espíritu los asesinasen a todos, de manera que toda Judea llore su muerte a pesar suyo. Un poco antes de entregar su último aliento, degolló a su hijo Antípatro, después que había matado a sus dos hijos, Alejandro y Aristóbulo. Tal fue el final de Herodes, quien padeció justos suplicios por el asesinato que en Belén había cometido contra los niños y por las insidias en contra del Salvador. Esto es señalado por el evangelista cuando dice: «Habiendo muerto Herodes»

Eusebio de Cesarea, historia ecclesiastica, 1,8 y 1,9

Publicado por paquetecuete

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