Evangelio según san Mateo, 4: 8- 11 Otra vez el demonio lo llevó a la cumbre de un monte elevado, y le manifestó todos los reinos del mundo, y su gloria, y le dijo: «Todas estas cosas te daré, si postrándote me adoras». Entonces le dijo Jesús: «Retírate, Satanás, está escrito, pues, que adorarás al Señor tu Dios, y sólo a El servirás». Entonces lo dejó el diablo y los ángeles se aproximaron prestándole auxilios. (vv. 8- 11)
Todas las cosas que se hacen en el mundo por medio de la iniquidad (como por ejemplo, las riquezas adquiridas por medio del robo o del perjurio), las da el diablo. El demonio no puede dar las riquezas a quien quiere, sino a aquéllos que las quieren recibir de él
Pseudo- Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 5
