Evangelio según san Mateo, 6: 1- 1 «Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos de ellos. De otra manera no tendréis galardón de vuestro Padre, que está en los cielos». (v. 1)
Después que Jesucristo perfeccionó la ley en cuanto a los preceptos, empezó a perfeccionar las promesas, a fin de que cumplamos los preceptos de Dios por el premio celestial, no por las recompensas de la tierra que la ley prometía. Todas las cosas terrenas se reducen principalmente a dos, a saber: a la gloria humana y a las riquezas, y parece que ambas cosas están prometidas en la ley. En cuanto a la gloria humana, se dice en el Deuteronomio: «El Señor te hará el más excelso de todas las gentes que hay sobre la tierra» ( Dt 28,1 ). De la abundancia de los bienes temporales dice en el mismo libro: «El Señor te hará abundante en toda clase de bienes» ( Dt 6,11 ), y por lo mismo el Señor excluye estas dos clases de bienes de la intención de los fieles, a saber, las glorias y la abundancia de bienes terrenos
Glosa
