A ti, todo el honor y gloria



Evangelio según san Mateo, 6: 13- 13 «Y no nos dejes caer en la tentación. Mas líbranos de mal. Amén». (v. 13)

Cualesquiera otras palabras que digamos, que forman los afectos del que ora, o precediendo para que resplandezcan, o siguiendo para que crezcan, nada podemos añadir que no esté comprendido en esta oración dominical, si la decimos recta y convenientemente. El que dice, pues, como el Eclesiástico: «Date a conocer a todas las gentes, como te has dado a conocer a nosotros» ( Eclo 36,4), čqué otra cosa dice, sino el que sea santificado tu nombre? El que dice: «Dirige mis pasos según tu palabra» ( Sal 118,133), como David, qué otra cosa dice más.que «hágase tu voluntad»? El que dice: «Maniféstanos tu faz y.seremos salvos» ( Sal 79,4 ), iqué otra cosa dice sino que «venga
a nos tu reino»? El que dice: «No me des pobreza y riqueza» (Prov 30,8), como el autor de los proverbios, čqué otra cosa dice sino «el pan nuestro de cada día dánosle hoy»? El que dice: «Señor, acuérdate de David y de toda su mansedumbre» ( Sal 131,1) y: «Si pagué con mal a los que me lo hacían» ( Sal 7,5 ), qué otra cosa dice más que «perdónanos nuestras deudas, como perdonamos a nuestros deudores»? El que dice: Retira de mí las concupiscencias de la carne» (Ecle 23), como el Eclesiástico, iquénotra cosa dice más que «no nos dejes caer en la tentación»? El que dice: «Librame de mis enemigos, Dios mio» ( Sal 58,2 ), como David, čqué otra cosa dice más que lbranos de todo mal? Y si recorres todas las palabras de todas las preces santas, ninguna cosa encontrarás que ya no esté comprendida en la oración dominical,

Cualquiera que dice una cosa que no pertenezca a esta oración, ora por afectos carnales, lo cual no sé cómo no se diga ilícitamente, cuando a los regenerados no se les enseña
a orar sino espiritualmente. El que dice en su oración: «Señor multiplica mis riquezas, y aumenta mis honores», y esto lo dice teniendo deseos de ellos, no fijándose en que pueda aprovechar a los hombres según desea Dios, creo que no podrá encontrar en
la oración dominical es algo que pueda adaptarse a esta clase de oración. Por ello, se avergüenza de pedir, acaso,lo que no puede desear. Y si de esto se avergüenza y la codicia vence, pedirá mejor que esto, que también le libre de este mal de la codicia, a Aquel a quien decimos: «Líbranos de mal»

San Agustín, ad Probam, epistola 130,12

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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