Isaías
Decid a los de corazón intranquilo: ¡Ánimo, no temáis! Mirad que vuestro Dios viene vengador; es la recompensa de Dios, él vendrá y os salvará.
35:5 Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, y las orejas de los sordos se abrirán.
35:6 Entonces saltará el cojo como ciervo, y la lengua del mudo lanzará gritos de júbilo. Pues serán alumbradas en el desierto aguas, y torrentes en la estepa.
El milagro de Calanda
Sentencia del 27 de abril de 1641, firmada por D. Pedro de Apaolaza Ramírez,
arzobispo de Zaragoza, conclusión del proceso canónico correspondiente
que fue abierto el 5 de junio de 1640
