
El cristiano que quiere purificarse de su pecado y santificarse con ayuda de la gracia de Dios no se encuentra solo. «La vida de cada uno de los hijos de Dios está ligada de una manera admirable, en Cristo y por Cristo, con la vida de todos los otros hermanos cristianos, en la unidad sobrenatural del Cuerpo místico de Cristo, como en una persona mística» (Pablo VI, Const. ap. Indulgentiarum doctrina, 5)
El Retablo de Todos los Santos. Albrecht Dürer. año 1511. Esta Adoración de la Santísima Trinidad mide 135 cm de alto y 123 cm de ancho. Se exhibe actualmente en el Museo de Historia del Arte de Viena, Austria