Desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia latina ha restablecido el diaconado «como un grado propio y permanente dentro de la jerarquía» (LG 29), mientras que las Iglesias de Oriente lo habían mantenido siempre. Este diaconado permanente, que puede ser conferido a hombres casados, constituye un enriquecimiento importante para la misión de la Iglesia. En efecto, es apropiado y útil que hombres que realizan en la Iglesia un ministerio verdaderamente diaconal, ya en la vida litúrgica y pastoral, ya en las obras sociales y caritativas, «sean fortalecidos por la imposición de las manos transmitida ya desde los Apóstoles y se unan más estrechamente al servicio del altar, para que cumplan con mayor eficacia su ministerio por la gracia sacramental del diaconado» (AG 16)
Diaconado
Publicado porpaquetecuetePublicado en Amor, Biblia, Católico, Catecismo de la Iglesia Católica, Diácono, Dios, Espíritu Santo, Familia, Guatemala, Jesucristo, Nuevo Testamento, Orden Sacerdotal, Regalo de Dios, Sacramentos, Santísima Trinidad
Publicado por paquetecuete
Cristiano Católico Apostólico y Romano Ver más entradas
