Aunque cada uno de ellos parece haber seguido su plan narrativo peculiar, no se ve, sin embargo, que hayan querido escribir como ignorando lo que el otro había ya dicho, o que hayan pasado por alto algo que ignoraban y después se haya descubierto que otro lo había escrito. Cada uno ha colaborado según la inspiración de Dios
San Agustín, de consensu Evangelistarum, 1,2
