
Porque las ayudas humanas son muy variables y pronto se acaban y desaparecen. Pero Cristo ha prometido: «A quienes escuchan mi voz yo les doy vida eterna y no perecerán jamás y nadie les arrebatará de mi mano (Juan 10, 27) Él nos ayuda eficazmente hasta el final
Imitación de Cristo. Tomás de Kempis