
Tú debes poner toda tu confianza solo en Dios y que Él sea el objeto principalísimo de tu amor y a quien más temas tener disgustado. Él responderá por tí, y hará que todo sea para tu mayor bien. «Todo redundará en bien de los que aman a Dios» (Romanos 8)
Imitación de Cristo (Tomás de Kempis)