33:5 Consulté a Yahvé y me respondió: me libró de todos mis temores.
Salmo
Esto no tiene nada de nuevo ni de desacostumbrado para personas experimentadas en los caminos de Dios. Los grandes santos y los profetas del Antiguo Testamento sufrían a menudo tales alternativas entre la tristezas y alegrías, entre tentaciones y tiempos de paz
Por eso dijo uno de ellos al visitarle la gracia: «Yo pensaba muy seguro, no vacilaré jamás». Pero luego dice lo que al retirarse la gracia sintió: «Pero escondiste tu rostro y quedé desconcertado» (Salmo 20)
Y a pesar de esto, de ningún modo pierde la esperanza en semejante situación angustiosa, sino que ruega con mayor insistencia: «Señor, a tí clamaré. Suplicaré a mi Dios. Te ensalzaré porque me has librado (Salmo 29)
Imitación de Cristo (Tomás de Kempis) 1418