Obediencia

Su obediencia se hizo más ciega aún, cuando dejó el cincel e hizo con gran alegría cualquier otro trabajo, hasta los más humildes

-Cuando estás en el laboratorio y te llaman para hacer la polenta ¿no te enojas? -le preguntaba el párroco-

-Aquí está lo bueno -contestaba- porque el trabajo de escultor lo puede hacer otro en mi lugar, mientras que los méritos puedo conquistarlos solo y personalmente

Otro Sacerdote le decía más o menos las mismas palabras:

-Usted tendría que ocuparse únicamente de su trabajo, y dejar de lado los trabajos humildes y de poca importancia

-Fran Claudio sonrió a estas palabras y contestó: ¿Pero usted cree que al Señor le importa una estatua? !Lo que El quiere es la obediencia!, la obediencia es mejor que cien estatuas por más artísticas que sean! Los superiores saben lo que hacen. A mi me conviene trabajar de albañil; así gano más. Se gana cuando se obra en contra de nuestra voluntad y cumple uno la voluntad de sus superiores, que es la voluntad de Dios.

Muchas veces fué enviado a pedir limosna, y siempre obedeció sin hacer más mínima objeción

En su casa parroquial, en el sur de Piave, le sucedió un caso curioso, al ir a solicitar al párroco el permiso para pedir limosna. El buen sacerdote que estaba un poco nervioso ese día, mirando a Fray Claudio le dijo: -Si se hubiese quedado en el convento, habría sido mucho mejor y habría molestado menos!

¿Cuántos años hace que es usted religioso? -le preguntó acto seguido

-Cuatro años, Reverendo

-Ah! ¿Hace cuatro años?… Entonces hace poco! Y antes se ha paseado por el mundo, ¿no es así? Y… ¿de dónde es usted?

-Soy de Santa Lucia di Piave

-¿Es usted de Santa Lucia? Oh! Esos si que tienen una linda iglesia! ! y la pila de agua bendita! !Y la estatua de Santa Lucia!, Y son obras de un escultor de pueblo!, un gran escultor! Lo conoce usted?

-Si, si lo conozco muy bien

– Y usted Hermano que oficio tiene? campesino, zapatero, albañil?

-Si reverendo, era albañil

Y Fray Claudio se quedaba parado ahí, con la alforja en el hombro , insensible, como si no se tratara de él

-Ahora que le miro bien- continuó el sacerdote- me parece haberlo visto en Santa Lucia. Pasando una vez delante del laboratorio de ese escultor, vi a dos hombres alrededor de un bloque de mármol y uno de ellos se parecía mucho a usted. ¿Era tal vez usted?

– Si reverendo, puede ser que haya sido yo

Frente a la humildad del fraile, el buen párroco se tranquilizó por completo, y le concedió el permiso que le había pedido

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sobre Fray Claudio Granzotto

Más allá del Arte (Epifanio Urbani)

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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